Tercera cura de la teta pocha
Bueno llegamos a la minúscula sala de espera de la unidad de mama yo hoy,
bien desayunada, la sala sin asientos libres, como siempre. Esto es algo que
tienen que cambiarlo, dicen que lo trasladaran al pabellón del maternal, pues venga,
porque esto quedó pequeño, desde hace un par de años, ya que no se invierte en más
investigación para salvar VIDAS.
Y todavía perteneciendo a este mundo de enfermos de cáncer, te sorprendes de
ver cada día más y más enfermos, cada vez más jóvenes.
Me nombra Cati, la enfermera de las curas, entramos, me desvisto, de cintura
para arriba y ella prepara su carrito con todo lo necesario para empezar con la
cura.
Retirada de apósitos, procede a limpiar la cirugía y comienza a tirar de los
puntos a ver si salen solos, pues salen los de un extremo, pero el otro se
resiste y eso no es plato de buen gusto pero hay que pasarlo. Me comenta que esta
semana me cure en casa, en esta ocasión mi hermana Cari, ya que los puntos
estas frescos debe ser por el sudor de los sofocos que ya tengo, por la menopausia
inducida. A ver si así el martes próximo están bien para quitarlos. Coloca
puntos de aproximación, un poco de betadine y coloca nuevos apósitos. Hoy no me
he mareado, ni desmayado ni nada por el estilo un logro para mi.
Aunque no creáis, que no ha dolido, porque si dolió y bastante, hay que ver
que sensible tengo la teta pocha. Las curas son rápidas, lo peor es esperar y
esperar en la sala, pasamos el tiempo esperando.
Bueno pues a casa, que la mañana ha sido agotadora.
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